Tomando como punto de partida el psicoanálisis, el libro va desgranando la vida y obra de Zeno, un hombre, pelín presuntuoso, que encarna algunos de los valores e ideas(nuevas y viejas) de la época que le ha tocado vivir.
Da escalofríos pensar que La conciencia de Zeno no habría visto la luz si James Joyce, profesor de inglés de Italo Svevo, no hubiese creído en el inmenso talento de su discípulo e insistiese en que siguiese escribiendo a pesar de la fría acogida que cosecharon sus dos obras anteriores. Sin duda, merece la pena leerla aunque sólo sea por las dos últimas y contundentes páginas, donde hace un despliegue de cargos contra el mayor predador de la Tierra: el ser humano. Sus palabras resultan dolorosamente proféticas: "La vida actual está envenenada hasta las raíces. El hombre ha ocupado el lugar de los árboles y los animales y ha envenenado el aire. Cada metro cuadrado estará ocupado por un hombre. ¿Quién nos curará de la falta de aire y espacio? ¡Sólo de pensarlo me asfixio!".
El planteamiento de la novela es peculiar: Zeno, fumador y mujeriego empedernido, acude a la consulta de un psicoanalista para que le ayude a erradicar su enfermedad y este le induce a contar sus memorias como primer paso para lograr la curación. La conciencia de Zeno toca el tema de la enfermedad en sentido amplio: los vicios perniciosos para la salud, los celos y el sufrimiento que acarrea a quien los padece, el enfermo imaginario... Zeno no consigue librarse de sus vicios hasta que llega a la senectud, una edad que le aporta la salud y la sabiduría necesarias para aprehender que el ser humano es la peor enfermedad de la naturaleza.
Mención especial merece la traducción, revisada para esta edición, de Carlos Manzano.
...Continua