Un libro con un mundo y criaturas fascinantes, una trama que atrapa, personajes carismáticos... sin duda me ha gustado, es una lectura apasionante, pero el final por desgracia me ha decepcionado. También me ha parecido que la ciudad cobra demasiado protagonismo convirtiendo a los protagonistas en casi meros secundarios. El autor usa largas y frecuentes descripciones llenas de adjetivos que a menudo se repiten para detallar la ciudad, y apenas llegamos a conocer profundamente a los personajes. Nueva Crobuzón es sucia, corrupta y oscura, pero a la vez te sabe transmitir esa especie de fascinación por sus gentes y diversidad, por sus rincones más secretos y cómo sobreviven allí sus habitantes.
La prosa es lírica y ampulosa, muy recargada de alegorías, con un gran dominio del vocabulario.
En definitiva sí es un libro que recomendaría, me ha gustado, excepto por ese final que personalmente no me ha acabado de convencer.
...ContinuaIrregular, en ocasiones novedoso, en ocasiones una partida de rol, en ocasiones excesivo, en ocasiones plano, en ocasiones ....
En ocasiones veo libros que quisieron ser otra cosa.
La ciudad descrita está muy conseguida. El resto es un despropósito. La historia carece de interés, los personajes de empatía y esa necesidad del autor por incluirlo "absolutamente todo" en su ambientación empieza teniendo gracia, se va volviendo desconcertante y acaba siendo risible. Un libro que acabé deseando poder olvidarlo y recuperar el tiempo empleado en él.
...ContinuaA ratos novela de terror, en otros de ciencia ficción, en otras de magia y fantasía. No importa cuál sea el género. China Mieville llegó a la cima demasiado pronto mezclando todas estas corrientes para escribir una historia apabullante y densamente gracil.
“La Estación De La Calle Perdido” es una novela complicada y difícil en su desarrollo y estilo narrativo en la misma proporción que crece el gozo y la deleitación por la aventura que ocurre dentro de sus páginas. Aventura igual de complicada pero que llega a cotas de emoción casi folletinesca.
Mencionaba su estilo narrativo. Es lo primero que atrae al lector desde la página inicial, una morosidad en la descripción del entorno sin revelar mucho del personaje que nos conducirá a la novela misma. Y este lujo de detalles es todavía más atrayente por que lo que describe no es cualquier cosa. La novela es toda una enciclopedia de seres, bichos, artefactos, personajes, sociedades, costumbres calles, sitios y lugares, todos raros y extraños. Y todo ello se merece una minuciosa descripción cada que aparece por vez primera marcando un forzoso ritmo en la narración que crea una atmósfera casi febril en toda la historia. Un ambiente casi pegajoso parece emanar en toda la novela gracias a esto.
Igualmente la trama va creciendo como bola de nieve, aumentando su volumen para generar un grosor cada vez mayor; de repente parece ser apabullante y de improviso, igualmente, es de una sencillez que da respiro para disfrutar los elementos que aportan emoción. Eso de dejar que la descripción física del protagonista sea la de Isaac Asimov le da más brío al capítulo climático de la Estación.
Y todo esto es lo de menos. Crear un nuevo mundo, tan inquietante, misterioso, barroco y exuberante como es Nueva Crobuzón es un hito en la cf de los últimos 20 años. No hay referencia en todo este tiempo para poder comparar esta invención
Hay que tener en cuenta la imaginería de Mieville para crear tanta fantasmagoría. De dónde sacó tanta cosa repugnante y asquerosa pero que fascina y atrae. A eso se le llama repulsión, lo que atrae por el rechazo que le sentimos. Mieville parece ser el Bosch de la Cf.
Comprendo que no es del gusto para todos los paladares literarios, pero la sobriedad para escribir esta novela tan esplendida, en todos los sentidos, creo que la hace llegar, principalmente, a aquellos que temíamos que la fantasía dentro de la cf fuera cosa de niños o adolescentes.